miércoles, 30 de diciembre de 2015

UVAS NORTEÑAS



En unas horas, pongo rumbo a explorar un país pequeñito, nórdico y europeo: Dinamarca. Este país, pequeño pero matón –por algún motivo conozco decenas de personas que han pasado por allí en algún momento de su vida-, a caballo entre la Europa continental y la escandinava, lo asocio totalmente con la imagen de la Sirenita gracias a una lectura en una de las páginas del libro de lengua de 4º de EGB –si, el mismo, el inigualable-. Sin embargo, esos amigos varios que conocen bien Copenhagen, me han asegurado que aunque este símbolo es más bien pequeñito, tremendamente turístico y no merece demasiado la pena, la cuidad en sí es de cuento.

Además de esto, poca cosa más conozco de este país y sus lugareños. Os contaré mis descubrimientos a la vuelta –ya en 2016-. En cualquier caso, no faltará la buena compañía -somos nueve personas cenando, de siete nacionalidades diferentes-, las uvas –ya están en las maletas-, y las reflexiones de fin de año. Que allá donde piséis se llene de felicidad.

2 comentarios:

  1. Es una suerte: viajar, harcerlo con gente tan diversa... y comer las uvas. ¿Lo saben ellos?

    Me da envidia lo de Copenhagen. Este verano tuve que anular unas vacaciones allí por una desgracia familiar. Pero iré. Por Kierkegaard...

    De momento, donde voy es al aeropuerto para volver a casa por capodanno.

    Te deseo un buen fin de año y que ese que se asoma sea mejor. Y que sigas escribiendo cosas tan interesantes.

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  2. Atticus: Gracias Atticus, si, realmente es emocionante usar el mundo como una pista de baile. Las uvas, si, están avisados. Tendremos que combinarlos con otras tradiciones como saltar y ver fuegos artificiales a la vez, pero espero que podamos coordinarnos.

    A la vuelta, haré un pequeño resumen de mis andanzas por aquí, para tu próximo viaje. Hasta entonces, pasa un feliz fin de año, y un comienzo aún mejor. Un brindis por esos blogs nuestros que cierran también un año más.

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