miércoles, 19 de junio de 2013

VERANO INCIPIENTE

Aunque lentamente, ya estamos llegando al verano, y como siempre ese olor inconfundible me vuelve a provocar la morriña propia de noches pasadas, jóvenes, brillantes, verdaderas en las que no había otra más que dejarnos llevar.

Ahora –y siendo consciente de que tenemos otras muchas cosas- las capas de protección y las armaduras nos provocan que sólo muy de vez en cuando dejemos fluir las cosas. Así que propósito para este verano: analizar menos y fluir más.



Traducción aquí

Fue un agradable atardecer de primavera. El azul del crepúsculo empezó a oscurecerse, como si una brocha invisible diese capas y más capas de pintura, hasta tomar tintes cada vez más oscuros. Cuando me cansé de leer, escuché el Trío opus 100 de Schubert interpretado por Stern, Rose e Istomin. Desde hacía años, siempre escuchaba este disco cuando llegaba la primavera. Como en respuesta a los tonos de la obra, sentí esa peculiar melancolía que destilan las noches de primavera. En esas noches, me parece que hasta el corazón se me tiñe de esa dulce oscuridad azul.

Baila, baila, baila. Haruki Murakami.

No hay comentarios:

Publicar un comentario