lunes, 25 de octubre de 2010

EL PODER DE LA EXPOSICIÓN

Hace un par de días aprendí –o recordé- algo: un nuevo super poder. A la altura del del canto, hostia o soplo. El poder de la exposición.

El caso es que cuando algo te da miedo, o lo vas dejando pasar porque no te ves capaz, eres tú la única persona que pierde. Porque vives esquivando algo, porque no eres completamente libre.

Sin embargo, el día en que te plantas con tus ovarios y decides que de hoy no pasa, descubres que exponerte a lo que te puede zarandear es algo completamente saludable. Te hace crecer, aprender. Te hace quitarte un miedo absurdo que se ha ido asentando calladamente en tu interior al evitar nombrar el asunto. Y lo que es más importante, acabas recibiendo una gran cantidad de recomendaciones, consejos, alabanzas… que se convierten en un gran motor de energía.

Probablemente nadie recordará más de dos minutos lo terriblemente mal que puedes hacerlo –en el peor de los casos- a cambio, usaremos todo lo valioso que la exposición directa nos reporte durante mucho tiempo.

¡Desnudémonos todos!. ¡Desterremos la vergüenza!.

Si esconde usted su ignorancia, nadie le atacará y nunca llegará a aprender.

Ray Bradbury. Fahrenheit 451

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