jueves, 8 de octubre de 2009

ENCAJANDO

Estoy haciendo un puzzle. La verdad es que el dibujo es lo de menos. En este caso se trata de un cuadro de Thomas Kinkade, Cobblestone Village, un paisaje con unas casas, bastante cielo y muchos árboles, flores de todo tipo y arbustos. Hacía un porrón de años que no hacía uno y lo cierto, es que no recordaba esa sensación eufórica que se experimenta durante todo el proceso.

No hay nada mejor que un rompecabezas para evadirte de tus pensamientos y concentrarte en donde demonios estará la pieza al final del dichoso tronco. No sólo eso, el mero hecho de encajar una pieza produce tal alegría, que te sientes como si te acabaran de dar el Nobel por tu mayor acierto. Probadlo si no me creéis.

Además, más allá del hecho físico de completar una obra -por pequeña que sea- los puzzles tienen enseñanzas muy valiosas. Por ejemplo, se aprende que las apariencias engañan y mucho, ya que una pieza que aparentemente tiene un color o forma muy similar al conjunto, no tiene porqué encajar y puede situarse en la antípoda del puzzle. De hecho, como corolario se desprende que cuando se fuerza demasiado dos fichas- o una situación- generalmente es porque no deben ir juntas.

También te instruyen sobre la perspectiva: Si te encuentras ofuscada en una parte que no sabes como solucionar, es mejor dejarlo por un tiempo, o irse a otra parte que te pueda beneficiar luego. Asimismo, asimilas que cualquier problema es siempre mejor empezarlo por lo fácil –los bordes y objetos únicos y definidos, en este caso- y acabar por los difíciles, cuando tu conocimiento del resto es mayor.

Y por supuesto, aprendes que, en los puzzles, como en la vida, cualquier problema, por complicado o inverosímil que sea –o por mucho que pienses que la pieza ideal no existe- siempre está ahí. Siempre tienen solución.

2 comentarios:

  1. Si es que... siempre fuiste una romantica! Besos desde Barna.

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  2. Miguel: Jaja! Pues si... Me da la impresión que estoy en otro siglo cuando me pongo a hacer puzzle, con todos estos chismes por ahí... Pero que le vamos a hacer... ¡Me encanta! Más besos para tí.

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